
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontifica e imperatoria; y de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansarían.
Mira Sancho: si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que padres y abuelos tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista (se adquiere), y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
Miguel de Cervantes; Don Quijote de la Mancha; Real Academia Española, Alfaguara, 2005.